(miComunidad.com) En Gálatas 2:21, el apóstol Pablo escribe: “No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo” (RVR1960). Aquí, Pablo enfatiza la necesidad de la gracia de Dios y la inutilidad del legalismo.
Gálatas 2 comienza relatando un enfrentamiento entre Pablo y Pedro en Antioquía. Pedro estaba compartiendo con cristianos gentiles, como era apropiado. Pero cuando ciertos judíos llegaron a la ciudad, Pedro se separó de los gentiles porque temía las críticas (Gálatas 2:11–12). Pablo notó la hipocresía de Pedro y lo confrontó públicamente porque las acciones de Pedro implicaban que los gentiles necesitaban adoptar las leyes y costumbres judías para ser aceptados por Dios. Una mentalidad como la que mostró Pedro dañaría el concepto de la gracia.
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