(miComunidad.com) ¿Qué es el Docetismo? El docetismo fue una de las primeras herejías cristianas que promovía una visión falsa de la humanidad de Jesús. La palabra docetismo proviene del griego dokein, que significa “parecer”; según el docetismo, Jesucristo sólo parecía tener un cuerpo humano como el nuestro.
El docetismo admitió que Jesús pudo haber sido de alguna manera divino, pero negó su plena humanidad. Los docetistas incondicionales enseñaban que Jesús era sólo un fantasma o una ilusión, que parecía ser humano, pero no tenía a nadie en absoluto. Otras formas de docetismo enseñaban que Jesús tenía un cuerpo “celestial” de algún tipo, pero no un cuerpo de carne real y natural. El docetismo estaba estrechamente relacionado con el gnosticismo, que consideraba la materia física como inherentemente mala y la sustancia espiritual como inherentemente buena.
El problema con el docetismo es que niega las verdades centrales del evangelio, es decir, la muerte y resurrección de Cristo. Si Jesús no tuvo un cuerpo real, entonces no murió (el docetismo enseña que su sufrimiento en la cruz fue una mera ilusión). Y, si Jesús no hubiera tenido cuerpo físico, no podría haber resucitado corporalmente de entre los muertos. Sin la muerte y resurrección reales de Jesucristo, no tenemos salvación, todavía estamos en nuestros pecados y nuestra fe es inútil (1 Corintios 15:17). El docetismo también niega la ascensión de Cristo (ya que Él no tenía un cuerpo real para realizar la ascensión).
En cuanto a la humanidad de Jesús, la Biblia no podría ser más clara. Jesús hizo todo lo posible para demostrar su resurrección corporal a los discípulos que al principio pensaron que estaban viendo un fantasma: “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo” (Lucas 24:39).
El apóstol Juan advirtió a la iglesia primitiva contra la falsa doctrina del gnosticismo, que abrazaba el error del docetismo: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios” (1 Juan 4:1-2). Note el énfasis del apóstol en que Jesús estaba “en la carne“. La negación de la humanidad de Jesús era una herejía. Juan repite la advertencia en otra epístola: “Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo” (2 Juan 1:7, cursiva agregada).
Los primeros padres de la iglesia lucharon valientemente contra el docetismo, especialmente Ignacio de Antioquía (c. 35-107 d. C.). Ignacio enseñó correctamente que, si Jesús no había derramado Su sangre en la cruz, entonces Su muerte no tenía sentido. Ignacio vio que no había manera posible de alinear el engaño del docetismo con la verdad del cristianismo.
El docetismo debe rechazarse porque no es una visión bíblica de la naturaleza de Jesús. El docetismo supone una rotunda negación de la verdad bíblica. Jesucristo no apareció simplemente como humano; Él era verdaderamente humano, así como verdaderamente Dios. Él vino del cielo y tomó carne y huesos humanos, y vivió la vida de un hombre normal en este mundo: un hombre lleno del Espíritu, sin duda, y un hombre que siempre obedeció al Padre, pero un hombre, al fin y al cabo. Su sufrimiento en la cruz fue real y su muerte fue una muerte real. Él derramó sangre real para pagar el precio real de nuestro pecado real y concedernos el perdón real.
Para estudio adicional
El manual de teología Moody de Paul Enns
