(miComunidad.com) ¿Por qué no perdona Dios a Satanás? En la madrugada del 16 de octubre de 1946, diez criminales de guerra nazis condenados fueron ahorcados por crímenes de lesa humanidad. Ninguno mostró ni rastro de remordimiento. Desde el patíbulo no se pronunció ningún arrepentimiento final ni disculpa de última hora. Por el contrario, Julius Streicher, cuyos implacables e incendiarios ataques contra los judíos alimentaron la violencia de las turbas y la persecución antisemita, gritó “Heil Hitler” mientras subía los escalones hasta la plataforma donde se encontraba solemnemente el verdugo (Manchester Guardian, 17/10/1946). Estos diez fueron rebeldes hasta el final.
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