(miComunidad.com) ¿Cómo puedo saber si estoy escuchando a Dios, escuchando a Satanás o escuchando mis propios pensamientos? La vida está llena de decisiones que no tienen instrucciones absolutas, específicas por nombre, de cómo hacerlo en la Biblia. ¿Cuántas horas al día deben pasar mis hijos frente a las pantallas? ¿Está bien jugar ciertos videojuegos? ¿Puedo tener una cita con un compañero de trabajo? ¿Está bien faltar al trabajo porque me quedé despierto hasta muy tarde la noche anterior? Todos tenemos nociones acerca de la verdad, pero ¿cómo sabemos con certeza que estas ideas provienen de Dios? ¿Estoy escuchando a Dios? ¿O solo me escucho a mí mismo? Peor aún, ¿estoy escuchando las tentaciones de Satanás disfrazadas como la dirección del Espíritu Santo? A veces es difícil distinguir nuestras ideas de la dirección de Dios. ¿Y si nuestros impulsos provienen del enemigo de nuestras almas y no de Dios? ¿Cómo “llevamos cautivo todo pensamiento” (2 Corintios 10:5) cuando no estamos seguros de dónde vienen los pensamientos?
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