(miComunidad.com) El apóstol Pedro, en su primera carta, enseña cómo debe lucir la vida de un verdadero testigo de Cristo. En el capítulo 3:9 nos recuerda: “No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición; al contrario, bendecid, porque para esto fuisteis llamados, para que heredéis bendición.” Sus palabras van en contra de lo que dicta la naturaleza humana: responder al daño con más daño.
Pedro no habla desde la teoría. Él mismo había visto con sus propios ojos cómo Jesús enfrentó el sufrimiento. Cristo fue insultado, golpeado y humillado, y aun así no abrió su boca para maldecir ni amenazó con venganza. Al contrario, confió su causa al Padre, quien juzga con justicia (1 Pedro 2:23). Ese ejemplo es el modelo que los creyentes estamos llamados a seguir: responder al mal con el bien.
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