Uno de los mitos más populares que ha tenido lugar desde tiempo remotos, es que el mantener relaciones sexuales antes de alguna competencia puede alterar negativamente el rendimiento de los atletas. Pero, ¿es totalmente cierto esto?.
(miComunidad.com)
Estas cuestiones surgen hace ya bastantes años, alrededor del siglo I D.C. cuando un médico griego conocido como Areteo estableció que la fuerza de los hombre podría verse incrementada por la retención del semen. De la misma forma y años más atrás, la cultura china creía que esta sustancia poseía propiedades divinas que daban energía al hombre.
Por otra parte, y en tiempos más actuales, se sabe de atletas que practican la abstinencia, al grado de creer que pueden conservar sus fuerza y resistencia al “ahorrar” esas en el acto sexual. Y si bien es poco proabable que el semen contenga esa chispa de energía que hace todo poderosos a los hombres, algunos utilizaban esta técnica como forma de aumentar la frustración y así actuar más agresivos y competitivos.
Lo que la ciencia nos dice
Afortunadamente estamos en una época en la que muchos mitos se van por el caño gracias a la ciencia y los respectivos estudios llevados a cabo para tener una respuesta sólida e irrefutable. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es cierto estamos ante una duda lo suficientemente importante como para invertir miles de dólares en estudios, en parte porque los resultados podrían variar inmensamente de un sujeto a otro, ya que las probabilidades de que todos tengan sus encuentros sexuales a la misma intensidad y duración, resulta prácticamente imposible entre etapa y etapa.
A pesar de las ilimitadas variadas, se tienen los registros llevados a cabo en un estudio hecho a ciclistas para conocer más sobre su rendimiento en competencias y entrenamientos precedidos del acto sexual. Curiosamente, dichos estudios se realizaron explícitamente sobre hombres a pesar de haber mujeres involucradas en el acto.
Entre los factores tomados en cuenta están los días de abstinencia hasta el momento del acto, en los que se ha llegado a la conclusión de que la actividad sexual no interfiere con el rendimiento deportivo, tal y como sí sucede en caso de ingerir bebidas alcohólicas, consumir drogas o dormir poco.
